Cuando un cliente te contacta por primera vez, ese primer intercambio marca mucho cómo será la relación. La confianza empieza desde el primer mensaje, y en mi caso intento siempre mantener un tono cercano pero profesional. Me gusta explicar las cosas de forma sencilla, con conversación abierta para que el cliente pueda preguntar lo que quiera. Incluso utilizo emoticonos, porque ayudan a hacer más amigable la comunicación. La idea no es que me vean serio, sino alguien cercano en quien pueden confiar.
La comunicación previa
Normalmente no suelo hacer llamadas previas, salvo que se trate de bodas largas o eventos corporativos. En esos casos sí que organizo una llamada, videollamada o incluso una reunión en persona para conocernos mejor y aclarar expectativas. Para sesiones en estudio o exteriores, la comunicación escrita suele ser suficiente, aunque si el cliente prefiere llamar, me adapto sin problema.
Claridad en precios y condiciones
Un punto clave para evitar malentendidos es dejarlo todo muy claro desde el principio. A veces reconozco que escribo mensajes largos, que quizá resulten algo pesados, pero así el cliente tiene toda la información. Además, la transparencia está en varios lugares: la web, el calendario de disponibilidad o los dossieres. Prefiero que sobre información antes que falte.
Hacer que la sesión sea una experiencia divertida
Durante la sesión, mi truco es ser yo mismo. Aunque soy una persona tímida, encontré que ser cercano me ayuda a romper con eso y conectar con la gente. Me gusta bromear, hacer sonreír y crear un ambiente ligero, porque al final eso se refleja en las fotos. Con cada persona es diferente, pero siempre busco el equilibrio entre ser amigable, divertido, respetuoso y profesional.

El modelo improvisando en la sesión.
Cómo dirigir sin imponer
En ocasiones hay que guiar a los clientes en poses o movimientos. No me gusta hacerlo como si fueran órdenes, así que prefiero frases como: “yo me pondría así” o “igual con la mano aquí”. Si considero que debo moverlos directamente para que quede mejor, siempre pregunto antes de tocar. Creo que esos pequeños detalles hacen que el cliente se sienta cómodo y respetado.
El seguimiento después de la entrega
El contacto no termina con la entrega de las fotos. Para mí es muy importante saber si quedaron contentos con el resultado. Escuchar que disfrutaron de la experiencia y que les encantaron las fotos no solo les da seguridad a ellos, sino que es la motivación que me impulsa a seguir en esta profesión. Ese feedback es, en muchos sentidos, lo que da sentido a todo.
Al final, establecer una buena relación con los clientes no se trata solo de técnica fotográfica, sino de comunicación, cercanía y respeto. Si desde el inicio sienten que están en buenas manos, la sesión fluye mucho mejor y el resultado es una experiencia positiva para ambos.