Errores, aciertos y consejos para nuevos fotógrafos

Para principiantes

consejos para nuevos fotógrafos

No me considero ningún gurú de la fotografía. De hecho, sigo aprendiendo en cada sesión, y creo que eso no va a cambiar nunca. Pero sí he cometido errores, he tenido mis aciertos y sobre todo, he visto cómo poco a poco uno va ganando confianza y soltura. Así que si estás empezando, aquí van algunas cosas que ojalá te sirvan, aunque sea un poco, para seguir adelante con más claridad.

El error más grande: dudar de uno mismo

Uno de los mayores errores que he cometido —y que aún a veces intento no repetir— es dejarme llevar por la inseguridad. Pensar que no soy suficientemente bueno, que hay fotógrafos mucho mejores, que lo mío no vale… es una trampa muy común. Y lo peor es que te paraliza: te impide avanzar, mostrar tu trabajo o mantener la constancia que se necesita al principio.

Claro que hay fotógrafos mejores. Siempre los habrá. Pero eso no es razón para rendirse. Al contrario, puede ser una motivación para seguir aprendiendo, mejorar y encontrar tu propio estilo.

 

consejos para nuevos fotógrafos

Foto que tome a otra alumna de un curso de fotografía en la universidad.

 

Conocer tu cámara te puede salvar

Hablando de errores más técnicos, uno que puede parecer simple pero que te puede complicar una sesión es no conocer bien tu cámara. Me ha pasado de estar sacando fotos y que, de pronto, la cámara deja de enfocar. Segundos que se sienten como minutos mientras tratas de entender qué pasó. Saber cómo reaccionar rápido y sin entrar en pánico solo se logra con práctica y conociendo bien tu equipo.

Otro tema clave: llevar tarjetas de memoria extra. Nunca he perdido una sesión entera, pero sí me ha tocado cambiar la tarjeta en medio de una porque dejó de funcionar. Si no hubiera tenido otra, no sé qué habría hecho. Por eso también recomiendo, si vas a comprarte cámara, elegir una con doble ranura para tarjetas. Así puedes guardar tus fotos duplicadas y evitar sustos.

El miedo se va con la práctica

Todo esto se va aprendiendo poco a poco. No empieces por una boda si nunca has hecho una sesión en exteriores. Suena obvio, pero a veces se salta ese proceso natural. Yo comencé con sesiones más tranquilas, y aún así recuerdo el miedo de mis primeros eventos. Ese “¿y si algo sale mal?” que te acompaña todo el día. Pero luego entregas las fotos, los clientes quedan encantados, y el miedo empieza a desaparecer.

Más allá de las fotos: la experiencia

Uno de los momentos más importantes para mí fue cuando empecé a notar que los comentarios de los clientes eran positivos no solo por las fotos, sino por la experiencia completa. Se lo pasaban bien, se sentían cómodos… y eso me motivaba muchísimo más que cualquier like o reacción.

Y es que el trato con las personas es igual o más importante que la técnica. No se trata solo de entregar un resultado bonito, sino de hacer que quien se pone frente a tu cámara se sienta bien. Que disfrute la sesión, que no sea algo tenso ni forzado. Ser cercano, respetuoso y mantener siempre un toque de profesionalismo puede hacer toda la diferencia.

Si estás empezando, no te obsesiones con compararte ni con hacerlo todo perfecto. Aprende de cada sesión, sé constante, trata bien a la gente y no dejes que el miedo te frene. Con eso, ya tienes mucho camino ganado.

28 de julio de 2025

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