En este reportaje de bautizo acompañé a la familia durante tres horas llenas de momentos emotivos y significativos. Comencé cubriendo la recepción de los invitados, capturando los primeros saludos, abrazos y detalles del ambiente previo a la ceremonia. Después, documenté la celebración religiosa en la iglesia, que duró aproximadamente una hora, con un enfoque discreto y respetuoso, prestando especial atención a los gestos y emociones más auténticas.

Al finalizar la ceremonia, realizamos una breve sesión de retratos con la familia, tanto en el interior como en el exterior de la iglesia, aprovechando la luz natural y la arquitectura del lugar como fondo. Finalmente, acompañé a los invitados al banquete, donde pasé dos horas capturando los momentos más espontáneos y festivos: sonrisas, brindis y detalles decorativos que ayudaban a contar la historia de este día tan especial.