Un día en mi vida como fotógrafo profesional

Sobre mi

como fotógrafo profesional

Mucha gente me pregunta cómo es el día a día de un fotógrafo profesional. La realidad es que, aunque pueda parecer que se trata solo de hacer sesiones, la mayor parte del trabajo ocurre entre bambalinas. Aquí te cuento cómo transcurre un día típico para mí.

Empiezo mi jornada sobre las 7:30 de la mañana. Después de una ducha y de vestirme, a las 8:00 saco a pasear a mi perro, un pequeño ritual que me ayuda a empezar el día con energía. Al regresar a casa, desayuno algo sencillo —normalmente un plátano o un trozo de pan— y preparo un café, que voy tomando mientras me siento frente a mi laptop.

Aquí arranca realmente mi día laboral. Reviso mi calendario y organizo las tareas pendientes. Suelo tener mensajes de clientes de España (con los que trabajo de forma remota) debido a la diferencia horaria, así que respondo correos, atiendo solicitudes y publico en mis redes sociales. También reviso las promociones que tengo activas y me aseguro de estar al día con todo.

La mañana puede estar dedicada a tareas como la edición de fotografías de sesiones o eventos recientes, responder a nuevas consultas o enviar informes a clientes. De vez en cuando, reviso mis distintos canales de contacto para asegurarme de no dejar ningún mensaje sin respuesta.

A mediodía, almuerzo y saco a pasear al perro para despejarme un poco. Si tengo una sesión de fotos por la tarde, me organizo con tiempo. Una hora antes de la sesión me dedico a preparar el estudio: limpio, monto el fondo blanco y ajusto los flashes. Siempre hago una prueba de luz para asegurarme de que todo esté perfecto cuando lleguen los clientes.

La sesión es probablemente la parte más divertida del día. Me encanta recibir a las personas, conocerlas y captar esos momentos que van a guardar para siempre. Al finalizar, les explico cómo recibirán sus fotos y me pongo a recoger: guardo flashes, fondos y dejo todo listo para la siguiente ocasión.

Si no es muy tarde y no tengo mucho trabajo acumulado, aprovecho para adelantar la edición de las fotos del día. Me gusta entregar el trabajo cuanto antes. En cualquier caso, trato de cerrar mi jornada sobre las 7 de la tarde. Salgo de nuevo a pasear al perro, esta vez acompañado por mi pareja. Después, cenamos tranquilos y disfrutamos de alguna película antes de irnos a dormir.

Así es, más o menos, un día cualquiera en mi vida como fotógrafo profesional. Aunque cada día es diferente y pueden surgir imprevistos, lo que nunca cambia es la pasión por la fotografía y las ganas de seguir aprendiendo.

14 de junio de 2025

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